Además de hablar de su actual club, el Indio en su visita a La Cábala charló del fútbol y especialmente de su paso por el profesionalismo.
«Con lo que ganan los jugadores hoy, yo sería millonario; son cosas que pasan». Una frase simple pero que retrata cómo han cambiado en poco tiempo los parámetros económicos con los que se maneja el fútbol, un deporte en el que según la visión del propio Darío Ortíz «el dinero está por encima de todo hoy en día».
El DT de Paraná, que en más de una ocasión se ha manifestado en estos términos públicamente, mostró su malestar en un ejemplo: «Cuando estás sin laburo con suerte al celular te llama tu madre, cuando tenés club te buscan de todos lados. A veces a mí me cuesta conseguir trabajo porque no respondo a ningún empresario. Sin embargo, en este mercado estuve cerca de ir a Instituto y me enteré que me habían ofrecido cinco personas, de las cuales no conozco a ninguna. Hay representantes que te mandan 10 jugadores por YouTube que capaz ni los tienen».
Otro de los cambios que contó el Indio en su charla con La Cábala, en este caso positivamente, es la cantidad de opciones con la que hoy cuentan los futbolístas, lo cual no ocurría en sus tiempos de jugador: «Yo jugaba en Primera y no sabíamos lo que era el Nacional B; no conocíamos los jugadores, no sabías los equipos… Eran momentos muy difíciles, sobre todo para los chicos del ascenso».
«En los 90 enfrenté equipos extraordinarios que tenían 4 o 5 Riquelmes«.
Siguiendo con el repaso de su carrera, no dejó de mencionar la importancia de Carlos Griguol en la misma, especialmente en esta etapa como entrenador: «Los 11 que jugamos juntos en Gimnasia de La Plata con él, hoy somos entrenadores de fútbol. Nos marcó mucho e hizo que peleemos dos campeonatos y fuéramos un equipo serio. En realidad, todos teníamos limitaciones pero contábamos con Guillermo, que hacía la diferencia».
Por último, regresando al punto original, Ortíz mencionó que luego de su larga trayectoria en la máxima categoría «cuidé la plata pero me fue mal en algunas inversiones en Mendoza; me agarró el 2001 cuando tenía una panadería. Yo me quedé sin nada y al que le alquilaba se hizo millonario», sintetizó.