Es el que conoce el secreto del Estadio Pedro Mutio. Martín Gentile es el encargado de que el terreno de juego de Paraná, del que todas son alabanzas, luzca impecable. En una extensa entrevista con La Cábala, el canchero contó cómo es su trabajo.
El empleado del Club Atlético Paraná no siempre fue el encargado de cuidar el césped del decano. En su momento, Martín Gentile fue futbolista del club, en la categoría ’84 de la institución. «Yo jugaba cuando era chiquito acá en el club, categoría ’84, así que imaginate, en esa época existían las categorías», bromeó.
Contó que cursó en la escuela José Teran y que, por circunstancias de la vida, terminó trabajando en el club. Primero como camillero, sereno del club y fue ahí cuando la dirigencia lo colocó en la jardinería del club, cuando empezó a regar la cancha junto a Roberto Paneli, quien por aquel entonces estaba por retirarse. «Después de regar agarraba el tractorcito y el rodillo para empezar a aprender, porque vi que me gustaba, vi lo lindo que era tener un buen césped para jugar al fútbol, si bien en ese tiempo no había un buen presupuesto y las posibilidades para trabajar tampoco», relató, al tiempo que admitió que esto ocurrió hace seis años, cuando Paraná consiguió el ascenso hacia el Argentino B. «Ahí agarré la cancha para regarla y cortar el césped», dijo admitiendo que siempre trabajó bajo las indicaciones de Paneli.
Tras la jubilación de Paneli agregó que apareció su actual compañero, Maximiliano Latronico, con quien trabaja desde entonces a cargo de mantener el césped del estadio. A partir de ese momento, entendió que fue otra etapa, ya que comenzó a interiorizarse más en el tema: «Si yo tenía que encargarme del césped, tenia que tenerlo bueno», dijo.
A través de las redes sociales empezó a conocer personas que le ayudaron en construir sus conocimientos y lo ayudaron en los detalles. «Nunca pensé que iba a tomar esto con tanta responsabilidad y con tanto cariño. Creo que esto hasta ahora es lo mio».
Acerca del presupuesto con el que trabajó, indicó que cuando llegó en Paraná jugaban Liga Paranaense y Torneo del Interior, por lo que no se contaba con el mismo dinero que hoy en día. Es en ese punto que agradeció a los dirigentes que actualmente consiguen los artefactos necesarios al instante para poder mantener el terreno de juego de la mejor forma.
«Cuando me di cuenta de que me gustaba esto, fui conociendo mucha gente y a través de esa gente me llego la invitación de hacer un curso sobre el césped. Tuve una ansiedad terrible hasta que fui. Fue en el predio de AFA y se basó en la resiembra otoñal, que es para hacer las resiembras que se necesitan en otoño-invierno y los procesos que se hacen después del otoño-invierno entrando en primavera-verano», detalló.
Destacó que diariamente recorre la cancha para darse cuenta qué es lo que necesita y qué no el campo de juego. «Si yo me tengo que explayar que es el trabajo en sí, tengo que estar hasta mañana porque no se hace todos los días lo mismo. Un día se pueden tapar pozos y al otro podés cortar bajo para sacar malezas o el mismo césped muerto que queda de los entrenamientos», argumentó y añadió: «Por eso es una tarea que arranca a la mañana y termina a la tarde con el césped en buenas condiciones. Si tiene malezas no es un campo de juego».
Acerca del reconocimiento que han recibido del estado del terreno en el Pedro Mutio, dijo que les llegaron los comentarios sobre medios nacionales y regionales, lo que resaltó como un orgullo y un logró, ya que le dedica muchas horas a esta labor. «En este trabajo tenés tus altibajos como en cualquier otro. Te pueden salir bien las cosas o te equivocaste y el césped no se encuentra en buena manera», soltó.
Reveló que tiene un cronograma de trabajo del cual forman parte la fertilización y la fumigación, en la que acentuó que aparte de las malezas existen bichos, enfermedades fúngicas (hongos), enfermedades por el propio uso o la abundante presencia de agua o fertilizante.
Su trabajó en la cancha del Decano le permitió trabajar en otros estadios de la Liga Paranaense. Es así que actualmente tiene seis canchas a su cargo, según contó. «Esto es lo que realmente me gusta hacer», aseveró, aunque también agregó que nunca se había imaginado en esta función, ya que jamás había tenido la iniciativa de hacerlo en su casa.
Contó que se está construyendo un taller junto a su compañero, en el cual tiene barredoras, fertilizadoras, fumigadoras, aireadoras y además está fabricando sus propios elementos: «De a poquito voy haciendo esa inversión porque sé que si surge otra cosa estoy preparado para trabajar en distintos lugares».
Para finalizar, agradeció y saludó a la gente que ha colaborado con él, destacó a Gonzalo Insaurralde (de Colón de Santa Fe, hoy en Paraguay), a Mario Gómez y su colaborador Hugo Romero (Unión de Santa Fe), a Emiliano Yacunissi (propietario de un predio con cinco canchas en Recreo) y al encargado del predio de la selección, Gerardo Albornoz. Sumó a los agradecimientos a su familia, a la que también considera parte importante de su trabajo.