La Cábala Las últimas de noticias sobre deportes de Paraná, Entre Ríos y la región: fútbol, básquet, rugby, automovilismo, handball, sóftbol, voley y más. Esta vez en La Cábala Mujer conoceremos a la patinadora seguiense Lucía Kindebaluc, ella tiene 24 y hace varios años que se desarrolla en el Atlético Echagüe Club y este año obtuvo la medalla de plata en el Mundial de Patinaje Artístico representando a nuestro país.
«Empecé a los cuatro años en el Seguí Futbol Club, que es un club de pueblo, me llevó mi mamá con mi hermanito y empezamos a patinar los dos. Yo hago dos disciplinas: Escuela e In line, que es lo que competí en el Mundial. En Escuela el año pasado clasifiqué para el Sudamericano y tenemos a las campeonas del mundo en Argentina, entonces se hace muy difícil llegar a un Mundial en la disciplina escuela pero sigo entrenando y considero que algún día va a llegar mi momento”.
“Soy Asistente Psicopedagógica y estoy estudiando para hacer la Licenciatura, me quedan dos materias y estoy trabajando en una escuela agrotécnica en Seguí. Doy clases de patín para chicos con capacidades diferentes y para mí es súper importante por la posibilidad que le puedo dar a los chicos porque nos proponemos objetivos, tratamos de cumplirlos, trabajamos con reglas, aprendemos muchísimo y nos divertimos; y ver la sonrisa de los chicos cuando van logrando diferentes cosas es muy lindo.”
Además siente que el patín es una forma de vivir, su pasión, y su vida porque pasa muchas horas en el club entrenando. «Cuando no entreno me falta algo, vivo con los patines puestos, entreno cuatro horas por día mínimo, cuando tengo los patines puestos soy yo y cuando no los tengo es como que me falta algo”.
Lucía cuenta que, si bien nunca estuvo entre sus metas obtener una medalla en el certamen ecuménico, trabaja a diario y se sacrifica para lograr cada objetivo que se propone en esta que es su pasión: “Desde los 11 años que mi sueño era ir al Mundial, pero nunca puse en mis objetivos, sueños, sacar una medalla porque pensé que iba a ser imposible y Dios me sorprendió. Pienso que realmente valió la pena, fueron dos minutos de baile nada más y cuatro minutos del Programa largo pero detrás de esto, de una medalla, hay horas y horas de entrenamiento, ni que hablar de no salir con amigos, de dejar a mi novio de lado, llegar tarde a los almuerzos familiares, irse de viaje en cumpleaños por competencias o por entrenar, estar sola a veces en algunos lugares por quedarse a ensayar…”
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“Considero que no soy una patinadora con talento sino una patinadora que se esfuerza y siento que puedo conseguir muchas cosas más. Es muy importante el deporte en la vida de los adolescentes porque te forma para toda la vida, aprendes a cumplir reglas, el hábito de entrenar, la responsabilidad, los horarios, esforzarse por un objetivo, y sobre todo, creer que vos podes, creer en vos misma; creo que eso es lo principal.”
Una vez conseguida la medalla plateada para el país lo primero que hizo fue abrazar a su técnica, Carolina Pacher. La conoce hace veinte años, prácticamente toda la vida. Su entrenadora le dedicó unas palabras a la patinadora entrerriana: “Esto que se logró en este Mundial es un premio enorme a lo que has hecho tantos años y por tanto trabajo, creo que sos la alumna que tengo que ha sido en un montón de aspectos más ejemplo para todos, realmente un ejemplo a la perseverancia y al sacrificio diario, creo que vos lo sabes bien a eso, por eso creo y me pone tan feliz de que esta medalla que hayas conseguido realmente te la mereces con todas las letras y a seguir trabajando para que esto no sea el final y sea solo un comienzo”.
Para cerrar, la protagonista no se olvidó de agradecer a quienes la acompañan tanto en el deporte como en su vida.
“Le quiero agradecer a Gerardo Olman que es mi preparador físico, mi psicólogo, mi amigo, forma una parte muy especial para mí para poder lograr todo esto, a mi psicóloga deportiva Karina Maturano, que es de Buenos Aires, a mis papás y a mi hermano que son la base y el sostén para que yo pueda estar acá y, obviamente, a mi entrenadora Carolina Pacher que me enseñó simples, dobles, triples, a patinar, trompos, todo… Sin ella tampoco hubiera llegado”.
