El flamante entrenador de Echagüe dialogó con La Cábala y se refirió a su paso por el exterior y las expectativas de esta nueva etapa en la Liga Nacional.
Desde Buenos Aires, antes de realizar un viaje que ya tenía previsto, Daniel Maffei charló con La Cábala y contó que su acercamiento a Echagüe comenzó por su contacto con el Vicepresidente Casaretto: «Con Marcelo hablamos hace tiempo, creo que nos une una pasión. Cuando surgió el tema de la plaza de Echagüe, empezamos a negociar y una vez que se concretó el tema más institucional, rápidamente hicimos lo nuestro y llegamos a un acuerdo. Esto es como un negocio, tiene que ser de a dos y esperemos que sea la realidad desde ahora», agregó.
Una de las cosas que destacó de sus primeras impresiones en el club, es que «hay mucha gente con ideas de hacer cosas buenas y dispuesta a colaborar, eso tranquiliza mucho a cualquiera».
«Acá nadie forzó a nadie. Me gustó el desafío y lo tomé. De ahora en más hay que ser muy finos en lo que vamos a hacer»
Respecto a su manera de encarar el proyecto, recalcó que «si hay algo que no va a faltar es trabajo y dedicación». Asimismo, aseguró: «Todos sabemos qué objetivo buscamos, tengo plena confianza en que todo va a salir bien».
En otro tramo de la charla, el Loro afirmó que la fuerte localía del Negro puede ser un factor importante en el torneo y recordó su paso por dos instituciones que también tienen un fuerte acompañamiento en las tribunas: «Provengo de Belgrano de San Nicolas, que es un equipo con muchos seguidores; después estuve en Quilmes de Mar del Plata, que también llevó gente a todos lados; y veo que esto tiene el mismo estilo de hinchas. Ellos reclaman lo mismo que yo: la intensidad y la entrega. Van a ser un factor importante para nosotros, para sentirnos mejor en casa».
Por último, Maffei se refirió brevemente a su experiencia en Medio Oriente, donde dirigió en una gran cantidad de países: «El básquet se juega igual en todos lados. Indudablemente que todo lo que es a nivel cultural es muy diferente, pero no como uno se imagina o ve por televisión; es gente común, que simplemente profesa otra religión y tiene una cultura distinta».
Además, en lo estrictamente deportivo acotó: «En países árabes tienen un nivel de vida alto, es difícil hacerlos entrenar, solo les gusta jugar y divertirse. Por el lado del dinero no se los puede motivar, tenés que buscar otra motivación. Yo fui a Arabia Saudita con la idea de revolucionar, pero si intentas revolucionar algo lo más probable es que vuelvas al otro día», concluyó.
Foto: Prensa Echagüe.
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