El pasado domingo, Mauricio Carrasco volvió a convertir un gol después de un año, ya recuperado de su lesión. El festejo, fue para quiénes estuvieron en las malas, su sostén, la Familia: «Cuando él se da vuelta, me largue a llorar», contó Nadia, su mujer.
Por: Gabriel Obelar
El reloj marcó los 14 minutos del primer tiempo, cuando Milton Aguilar lo vio pasar por la banda a Dalmiro Dettler. El 10 llegó con lo justo para tirar el centro antes que el defensor rival llegue para despejarla. La pelota está dentro del área, con el pecho la acomodó el 9, que se perfiló y con un derechazo, marcó el primer tanto del partido.
El 9, ese que hizo un verdadero golazo, es Mauricio Carrasco. Pero no fue un gol más, fue el tanto que confirmó el regreso de Mauri, de un viejo pero vigente goleador. «Es muy lindo sentir esa sensación cuando convertis, hace mucho no lo hacía, así que bueno, estoy féliz», expresó minutos después del partido, aunque con bronca por no ganar. Pero cómo no estar, si hace más de un año el Neuquino no gritaba un gol, ya que su último tanto, fue el 3 de Abril de 2016 en el 2-1 ante River.
Luego de eso, llegó el momento más duro de su carrera, la rotura de meniscos y ligamentos de la rodilla derecha, que le demandó casi un año de recuperación, hasta que volvió a las canchas, en Reserva, ante Newell’s y el pasado fin de semana, pudo festejar con sus seres queridos. Porque más allá que no estuvo su padre, el festejo fue para su señora, Nadia, con sus tres hijas.
«Cuando Mauri se dio media vuelta para volver a la mitad de cancha, me largue a llorar para que no me viera», contó la señora de Carrasco. «Se me hizo un nudo en la garganta, con mezcla de emoción, se me cruzaron las fotos que vivimos durante casi un año, ayudarlo en todo y decirle ‘que esté tranquilo, que esto pasa rápido’, aunque parece que no».
Con lagrimas y abrazando a sus hijas, siguió prendida del alambrado mirando al 9, ese que tanto sufrió, pero que siempre contó con el apoyo de su familia. «Al principio se hizo eterno, pero cuando llegó nuestra tercera hija, ayudó mucho más», contó Nadia a La Cábala. «Con la lesión, fue la primera vez desde que tenemos hijas, que pasamos varios fin de semanas con ellas, por cuestiones lógicas de su trabajo, con las concentraciones. Y ayudó el ir a la plaza con las nenas».
Además, agregó: «Yo sabía que el iba a volver de la misma manera o mejor. Soy la señora, pero confío en sus condiciones y tratamos de no buscarle el porque pasó la lesión, sino que lo aceptamos y salir adelante», contó, pero no ve las ganas de poder apreciar otro momento importante: «Esperando que vuelva a la cancha en Primera, que será otro momento importante para la familia. Mis hijas están esperando eso, porque fue duro para ellas».
«La más grande entiende las cosas, pero siempre preguntó y tenía que explicarle. Ella también lloró un poco con el gol el otro día», dijo Nadia, que está ansiosa por ver al padre de sus hijas, una vez más en Primera División.
Y ahí está, la imagen en la que Carrasco va y saluda a su mujer, le sonríe a sus hijas, pero se da media vuelta para seguir concentrado en el partido. Una vez que se duchó, recibió el cariño y abrazos de sus 4 mujeres. Uno se queda con esa imagen, del futbolista recuperándose, volviendo al gol y la sonrisa, pero también hay otras personas, que festejan mucho más. Volvió Carrasco.
Fotos: Prensa Club Atlético Patronato
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