Iván Furios tuvo que asumir su nuevo papel en está temporada 2017/18, en la que participó muy poco, pero tuvo mucha influencia en el día a día.
Cómo la foto lo marca, por más que es de hace meses atrás, Iván Furios no sólo fue un futbolista con experiencia y trayectoria que está dentro de Patronato, sino que se convirtió en el amigo, compañero, consejero y psicológo de muchos en este año de competencia.
Es que Iván, primero por su lesión en el dedo gordo del pie derecho y luego por su operación en el tobillo, quedó marginado de las canchas, de las competencias oficiales, pero en la parte interna, le dieron mucho valor a lo que hizo constantemente.
«No para»; «Está loco»; «¿Donde se desenchufa?»; «Es un pibe más»; pero todas estas frases y palabras terminaron con «pero no saben lo importante que es».
Y así fue la campaña del Pelado, que asumió un rol que siempre lo hace, pero está vez, lo vivió de otra manera, junto a la mayoría, cerca de la enfermería, para que los lesionados, cuando estuvo inactivo, sea más leve, pero al mismo tiempo, observar todo el panorama.
Con los nuevos y recién llegados, se acercó, habló y les hizo más leve la presentación, con los juveniles, ayudarlos en su crecimientos (la primera camiseta de Tino Guiffrey en Primera, se la pagó él), charló mucho con el CT.
Pero la experiencia y los años en vestuarios, le dan otro conocimiento, el de acercarse a los que nota bajoneados, estar pendiente de que no bajen los brazos y unir al grupo con locuras, gritos, cantos, bailes y anécdotas.
Viajó sin estar concentrado para apoyar, para sentirse jugador, miró partidos desde la tribuna, pero siempre terminó dentro del vestuario, fue de los que más chicaneó y cargoseó, pero fue sin dudas, uno de los que se encargó de mantener el ánimo siempre arriba de todos, a pesar de no poder competir por un lugar.
Sin dudas que el futuro de Iván es incierto, pero lo que quedó claro, es que su nuevo rol dentro del equipo, lo asumió y aceptó con responsabilidad, sin quererlo o buscarlo, pero terminó siendo reconocido por todos, dentro del vestuario.
Por: Gabriel Obelar
Comparto todo el comentario que hace Gabriel Obelar.
Junto a Tomás Parkinson y un grupo grande de personas trabajamos muchos años en las divisiones inferiores y sabemos lo importante que es contar con chicos como Iván.Digo chicos, porque es categoría 79 y alcanzó a jugar en el predio La Capillita como refuerzo de la categoría 80. Tenía 13 ó 14 años y ya se perfilaba como lo que es hoy…*un excelente profesional y mejor persona* A Iván le cabe este refran: NO TE DES POR VENCIDO NI AÚN VENCIDO.
Para nosotros es un orgullo haberlo tenido entre nuestros juveniles.
Cada vez que lo veo al pelado en la cancha, la tribuna o la calle siento la misma emoción y orgullo por saberlo NUESTRO
Es del Patrón por donde se lo mire!!!
Grande pelado, ivan, es del patrón,siente los colores y estoy seguro que va a volver con todo en la superliga.