El sábado, en la jornada que enfrentaba a Patronato y Talleres, se vio algo pocas veces visto, por lo menos en el fútbol juvenil.
Si bien estamos acostumbrados a los avances tecnológicos en el fútbol, muchas veces quedamos sorprendidos cuando estos se aplican.
Algo así pasó el sábado, en la quinta jornada de la Superliga de Juveniles, que enfrentó a Patronato y Talleres.
Es que los árbitros dispusieron de intercomunicadores, tal como disponen los colegiados de la Primera División.
Lo que llamó la atención fue que comenzaron a utilizarse en el segundo partido, es decir, en la quinta división. No así en la cuarta, categoría en la cuál probablemente hubiera marcado un quiebre desde lo arbitral.
Cabe destacar que los equipos de intercomunicadores eran propiedad de María Eugenia Rocco, árbitro internacional y con recorrido en las categorías del fútbol argentino.
Off the record, los jueces le comentaron a La Cábala que: «La AFA no te da nada, todo lo tenés que comprar vos. No te da ni los banderines de los líneas«.
El uso de estos aparatos solucionó varios problemas de comunicación, dentro de lo que fue una mala jornada arbitral, en la cual se destacó la jueza anteriormente mencionada.
Por Álvaro López.