El entrenador de Rowing dialogó con La Cábala luego de terminar el año como campeón de la Reclasificación y con el ascenso bajo el brazo.
El sábado el Remero se despidió del torneo con una amplia victoria por 74-10 ante Alma Juniors, sobre la temporada el head coach afirmó: «Fue un año soñado, tuvimos un plantel y un staff que respondieron, se fueron dando resultados y nos fuimos animando y ganando confianza. En la primera parte cuando no jugábamos por nada, aprovechamos para que el equipo crezca e incorpore el plan de juego, fue cuesta abajo»
Respecto al sistema de juego que pudo plasmar el PRC a lo largo del año, Paúl explicó: «Teníamos como desafío jugar mejor rugby, los chicos tenían un potencial muy grande que pudieron insinuar el año pasado, este año supimos darle una vuelta más con el juego por afuera era la deuda pendiente, el equipo es de un nivel superior; los backs no se merecen jugar en la B, hicieron un esfuerzo enorme, la cantidad de tries que tenemos por afuera, la velocidad de pases, cómo trasladan la pelota; y los forwards siempre estuvieron a la altura.
«En Primera va a ser un año durísimo, tenemos que construir un equipo capaz de resistir el ritmo, que te deja dos o tres titulares afuera por dos o tres fechas porque son partidos muy ásperos, necesitamos jugadores que sean capaces de responder a esa situación».
Con la última victoria, Rowing terminó con 16 al hilo, sobre esto, Halle asegura que no fue planeado: «Se dio partido a partido, no estábamos buscando el invicto, vino producto del trabajo y la confianza del equipo, que hizo que se dieran cuenta de que pueden jugar bien al rugby, dependía de ellos y cuando juegan bien, se divierten y se dan cuenta de la capacidad de juego que tienen, se fue asentando esa sensación y terminamos con un invicto que no esperábamos pero fue merecido».
En el segundo tiempo, ingresaron muchos jugadores jóvenes a relevar a parte del XV titular, y consultado por esta situación, el entrador contó: «Por primera vez la Reserva terminó invicta el año, con jugadores que son habituales suplentes en el primer equipo, y no desentonan, está en la cabeza de los pibes cuando entran, tenían la obligación de sostener el rendimiento, y no se notaron los cambios porque jugaron igual».
«Estoy muy orgulloso del staff, del equipo y de mi club».