La pelotari crespense se adueñó de dos bronces en los Juegos Panamericanos de Lima. En diálogo con La Cábala contó detalles de su experiencia y de la importancia de estas preseas para la delegación.
Spahn fue una de las pelotaris que se subió al podio en Lima, en dos modalidades frontón peruano individual y en el dobles de pelota goma: «Todavía no lo puedo creer. Ser doble medalla en un Juego Panamericano, el primero para mí, es increíble. Siempre, cada vez que participamos de una competencia, el objetivo nuestro es subir al podio. En la modalidad de frontón peruano sabíamos que iba a estar más complicado porque no la jugamos, hace poco se está incursionando. Por eso festejé más esa que la otra».
Y sobre esta modalidad que no se practica en nuestro país, afirmó: «Me gustó el frontón peruano. Desde 2015 se empezó a mostrar lo que era, íbamos a Lima a jugar un par de torneos para conocer un poco del juego en si. Cambia en cuanto a la pelota paleta, es más dinámico, tiene un juego más rápido. Es una pelota un poco más grande que la de tenis y más inflada, entonces agarra efecto y en Lima, al ser cielo abierto, con el viento se cambiaba el curso de la pelota».
Spahn analizó la competencia y los rivales que le tocaron a los argentinos: «Sabíamos que iba a estar duro, conocemos la preparación que tienen México y Cuba, sabíamos con qué nivel nos íbamos a encontrar. En ambas modalidades era todos contra todos y en ningún momento perdimos la posibilidad de pelear por una medalla. En pelota-goma dependíamos de los dos primeros partidos y nunca renunciamos a nuestras posibilidades«.
La competencia fue intensa en la pelota vasca, y los músculos lo hicieron saber: «Se sintió la acumulación de los partidos después de cada día, pero teníamos un horario de kinesiología fijo para poder recuperarnos. Era más que nada la tensión de tener que salir a jugar a la cancha».
Consultada por la preparación para los Panamericanos, comentó que el trabajo viene desde principios del 2018: «Fuimos a competir a un Mundial en Barcelona y empezamos a ver a los rivales que nos íbamos a encontrar en los Panamericanos. Desde ahí planteamos objetivos y estrategias de juego, siempre reforzando nuestra idea de juego, que es la que nos caracteriza».
«Trajimos ocho medallas en total. Siempre nos dicen que en Toronto, que estuvimos ausentes, se sintió la ausencia», dijo la entrerriana que integró la delegación argentina.
«Gracias a la difusión que se dio ahora estamos logrando que se dé a conocer un poco más este deporte que es amateur. Mantenemos nuestro sueño de que el deporte pueda ser olímpico y en un futuro más profesional».
Para cerrar destacó la buena organización del certamen y el buen estado de las canchas, sin dejar de mencionar lo especial que es compartir la Villa Panamericana con deportistas de otros deportes que juegan en la elite: «Es muy loco estar en el mismo edificio que las Leonas, los Leones. Nos cruzábamos en los ascensores con Facu Campazzo, con (Luis) Scola. Nos daba un poco de timidez pedirles por ahí una foto porque estábamos a la par de ellos, con el objetivo de traer una medalla. Es increíble vivir todo eso juntos«.
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